Muchas son las marchas de protesta que se están produciendo en
Venezuela estos últimos días. Marchas a favor y en contra del gobierno
instaurado en este país.
Venezuela, ¿qué te está pasando? intentará reflejar qué es lo que está
sucediendo desde una visión externa y con el testimonio de muchos venezolanos
que quieren dar una llamada de atención sobre la triste realidad que ellos
pudieron dejar atrás…
Muchas protestas comenzaron a través de manifestaciones por parte de
los estudiantes contra la inseguridad que, día tras día, están padeciendo en sus
carnes. Grupos políticos de la oposición y otros sectores de la sociedad se
unieron a esas protestas.
Figuras importantes en la oposición pidieron a sus simpatizantes que
salieran a la calle para intentar buscar un cambio de gobierno.
Algunas personas se preguntarán por qué protestan. Como ya reflejé al
comienzo, al principio se realizaban estas protestas en contra de la
inseguridad del país. Pero a todo esto
hay que añadirle la inflación en la que se ve inmerso y sin vías de
recuperación a largo plazo. Añadiremos que la escasez de alimentos, la
incertidumbre que refleja la sociedad ante un futuro que pinta muy oscuro, el
mercado negro que subsiste y los apagones a los que se vienen enfrentando los
venezolanos, han generado un ambiente de malestar que se han ido multiplicando
con el paso de los días.
Venezuela se encuentra entre los países con mayor tasa de mortalidad
del mundo. Homicidios, atracos, corrupción, tráfico de drogas, tráfico de
armas, etc. son algunos de los delitos que campan a sus anchas en un país e el
que no hay impunidad ante estos hechos, cosa que muchos ciudadanos se han
atrevido a denunciar. La delincuencia convive a diario con el resto de la
población en un país tan bello como peligroso.
Con respecto a la escasez de alimentos y necesidades básicas, la
leche, el azúcar, los medicamentos, el papel higiénico, el aceite, etc.
destacan entre los productos que faltan en las tiendas de alimentación, lo que
para nosotros nos parece increíblemente triste.
Debido a todas las protestas acontecidas en el país, hay una cifra
desorbitada de detenidos, así como de liberados, recluidos o heridos. Pero las
cifras no son claras ya que la prensa se encuentra privada de poder informar
con claridad, existiendo una censura en toda regla.
Venezuela se enfrenta a un futuro difícil, con muchos retos para
conseguir la tal ansiada estabilidad. Uno de los principales problemas que
tienen que solucionar con urgencia es el estado que sufre la economía, la cual
se encuentra pobre y debilitada. Hay una alta tasa de inflación y el mercado
negro va en aumento.
La era Maduro
En marzo del año 2013 muere Hugo Chávez. Entra en escena Nicolás
Maduro como candidato a sucesor de Chávez.
Después de unas elecciones un tanto amañadas, se hace con el poder.
Este personaje logra la aprobación de la Ley Habilitante, lo que le otorga la
autoridad para legislar al margen de la Asamblea Nacional.
Triste pero real
Hace poco sucedió un episodio muy triste que hizo tambalear a la
opinión pública. El asesinato indiscriminado de la actriz Mónica Spear. Este
hecho se hizo notorio en las portadas de muchos medios internacionales,
convirtiéndose en un ejemplo de lo que sucede a diario con otros muchos
compatriotas.
La que fue Miss Venezuela en el año 2004 fue tiroteada junto a su marido
y su hija de cinco años después de sufrir un accidente con su automóvil tras un
intento de robo. El marido también falleció y la hija resultó herida.
Parece que este suceso no ha servido para nada.
Varias de mis amistades
comparten la misma opinión sobre cuál es el mayor problema que tiene Venezuela
en estos momentos. Para ellas, aparte de la inseguridad, el mayor problema que
tiene su país es el Gobierno. Ya sea su presidente, Nicolás Maduro, o su
vicepresidente Diosdado Cabello, o la incursión de los cubanos a querer manejar
el gobierno también…
Allí dejaron familia,
amistades, propiedades y, sobre todo, su corazón. La mezcla de sentimientos se
nota en el ambiente: pena, dolor, impotencia y miedo son algunos de los que se
repiten en toda la gente.
Les formulé una
pregunta que todos contestaron sin pestañear y con rapidez. ¿Cómo definirían a
Leopoldo López, Henrique Capriles, Hugo Chávez y Nicolás Maduro?
Al contestar sobre el
primer personaje, a todos se les iluminó la mirada con una mezcla de admiración
y de ilusión. En su conjunto de respuestas similares, solo puedo plasmar una
palabra que engloba todo lo que sienten por él: vergatario (o como diríamos
nosotros, “con dos cojones”).
Cuando les pregunto por
el segundo personaje, ese brillo en la mirada, en algunas de las personas
entrevistadas, decae un instante. Lo siguen admirando pero su extrema prudencia
hace que los tenga un poco defraudados. Todos coinciden en que pronto volverá a
resurgir.
Al preguntar por la
palabra que definiría a Hugo Chávez, hay un “pleno al quince” en la misma respuesta,
por fuerte que al escribirla en el papel me resulte, lo describieron como un
hijo de puta. Y creo que sobran comentarios al respecto.
Esa misma palabra la
utilizaron con Nicolás Maduro, a la que añadieron otras muchas más: inculto,
analfabeto, etc.
Muchos han sido los
pueblos que han salido en apoyo a las protestas venezolanas. Muchos han sido
los famosos que se han solidarizado con el pueblo venezolano.
Desde aquí os invito a
leer las palabras de Bertín Osborne que pronuncia acerca de la inseguridad que
vive el país de su actual mujer, seguro que no os deja indiferentes:
"Escribo estas líneas con el corazón encogido por lo que leo, un
día si y otro también, sobre los acontecimientos que ocurren en Venezuela, mi
país amado.
Lo amo tanto que tengo a mi lado, a una mujer maracucha, que me ha
demostrado que el carácter de vuestro país es inmortal, a unos suegros
maravillosos que me demuestran cada día lo que es el amor, la fuerza, el cariño
sin límites, la entrega en la ayuda, el esfuerzo y a dos hijos que son medio
venezolanos y que me han hecho disfrutar la vida como nunca jamás.
Mi director musical, con el que viajo, trabajando por medio mundo,
desde hace 17 años, es venezolano y la única canción que me es difícil
terminar de cantar, porque se me saltan las lágrimas de la emoción siempre que
la canto es "Venezuela ".
Por todo esto creo que tengo derecho a expresar mi dolor por la
situación del país.
Yo he vivido Venezuela desde el año 81 y no me creo que pueda pasar lo
que esta pasando. De ser un país maravilloso, alegre, simpático, al que uno
deseaba ir todos los años tres o cuatro veces, ha pasado ahora a escucharse
todos los días, las voces que nos dicen: "no se puede ir allá, es peligroso,
te pueden matar, te atracan seguro, tienes que llevar seguridad, es mejor que
no vayas, etc".
¡¡Que dolor!! ¡¡que pena!! ¡¡que tristeza!!
Lo que ha sido Venezuela y en lo que se ha convertido.
Hace años fui a Cuba con un amigo a pasar una semana de vacaciones. Al
día siguiente me volví.
Fue tal la impresión de ver, en sólo un día, la
degradación que vi por las calles, de su gente, de su juventud en la puerta de
las discotecas, que me dio una depresión que me hizo abandonar el país y dejar
con la mano tendida a Fidel Castro cuando quiso saludarme a la entrada,
precisamente, del hotel Eurobuilding en Caracas. Le di la espalda, por asco,
por mantener mis principios, por demostrarle el rechazo que me producía un tipo
que tenía secuestrado y esclavizado a su pueblo.
Me dicen que así terminará Venezuela, ya en manos cubanas. Ruego a
Dios que nunca pase. Que ilumine a ese bravo pueblo, para que vean la luz
y que no terminen jamás mancillados, embrutecidos, corrompidos, degenerados,
sin valores, sin principios, y sin respeto por la vida (la cifra de
asesinatos es indecente y sólo eso, debería hacer dimitir en pleno a los
responsables si hubiera vergüenza).
Amo a Venezuela, con todo mi corazón, por quienes me rodean ahora y
por lo que me rodearon antes. Quiero llevar a mis hijos para que conozcan
su patria, tan de ellos como la española, pero no me atrevo.
Eso no debería pasar. Venezuela es mucho más grande que quienes
circunstancialmente estén dirigiéndola. Venezuela tiene una personalidad
como país que está por encima de todo. Ha sido siempre hospitalaria, simpática,
vividora, ¡¡arrecha!!
¿Que vaina ha pasado? ¡¡Volved a ser grandes!!
Lo que ha pasado será un borrón en la historia. ¡¡Levantaros bravo
pueblo!! Sed vosotros mismos."
En Venezuela está todo
por hacer, pero aparte de vencer a la inseguridad que se ha apoderado de esas
tierras, hace falta reeducar a la sociedad y, algo todavía más importante,
culturizar a sus gentes.
Otro de los símbolos patrios modificados. Actualmente el caballo mira hacia delante. |
Venezuela puede aportar buen turismo, el
cariño de sus gentes, su clima variado, su música, su sencillez y tantas otras
cosas buenas. Si consiguen cambiar el futuro de este bello país, tienen mucho
que enseñarnos.
Yo tengo ganas de
visitar Venezuela, pero no estoy acostumbrada a la inseguridad, y como yo,
muchas personas más nos estamos perdiendo los encantos de este país. Pero
confío en que un día pueda visitarlo con todas las garantías.
Venezuela…bravo pueblo.
Venezuela…maravillosa.
Venezuela...el que se cansa, pierde.
Venezuela...el que se cansa, pierde.
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