domingo, 9 de marzo de 2014

Finlandia: modelo educativo a imitar



Finlandia es un país miembro de la Unión Europea desde el año 1995. Se encuentra situado en el noroeste de Europa. Tiene fronteras al oeste con Suecia, al este con Rusia y al norte con Noruega. La capital más importante es Helsinki.

Un poco de información sobre este país no viene mal pero lo más importante a saber es que hace un frío que pela…

Finlandia no siempre ha sido uno de los países más competitivos del mundo. Al acabar la Segunda Guerra Mundial se quedó inmerso en una enorme pobreza. Sus ciudadanos han sabido superarse ante la adversidad y en muy pocos años han conseguido fijar su economía como una de las más fuertes del mundo, permitiéndose disfrutar de un alto nivel de vida.

¿Cómo han llegado a lograrlo? Gracias al buen funcionamiento de las Instituciones públicas, una enorme capacidad para la Innovación, un sistema de salud sin fisuras y, ante todo, un preciado Sistema Educativo.

Este país tiene algo que mostrarnos al resto de países del mundo, este país nos va a proporcionar las claves de cómo enseñar.




¿Cuáles son esas claves?

Hay algo primordial que debemos saber y, es que las familias otorgan a la educación la importancia que se merece.

Finlandia basa su sistema educativo en la confianza, la transparencia, el respeto y enseñar a pensar y a debatir, en vez de memorizar.

Para ellos, la educación es mucho más que una colección de conocimientos. Es saber lo que se aprende y sacar provecho de esas enseñanzas.

Todo el colectivo confía en los colegios, pero sobre todo en los profesores. No nos olvidemos del alumnado en general, ya que es la base por la cual hay que enseñar y en Finlandia éstos están muy valorados y se confía igualmente en ellos.

Los finlandeses saben que la educación es el principal recurso del país para competir en un mercado internacional y para que el civismo impere en la sociedad. El civismo, esa palabra tan utilizada en la teoría y no en la práctica de los ciudadanos españoles. Deberíamos tomar ejemplo de la población de Finlandia al respecto.

El sistema educativo finlandés llevaba muchos años siendo un sistema mucho más centralizado. 
Pero vieron que no funcionaba, y que los resultados podrían ser mucho mejores si se cedía el poder y la autonomía a los colegios.

La población finlandesa es sabia y es un fiel reflejo de confianza hacia su sistema educativo.

Hablando de esa autonomía, los centros escolares supieron recoger el testigo que se les ofrecía y organizaron su propio programa de estudios. Existe consenso entre todas las partes implicadas en el sistema educativo, sobre la planificación educativa. Los alumnos informan de sus preocupaciones y necesidades a los profesores. Se discuten todas las opiniones que los docentes aportan y entre todos se observa una clara participación en la organización de los diferentes cursos escolares.

Todo esto es la llamada transparencia educativa y, los centros escolares finlandeses, son un gran ejemplo a seguir.

La ley de educación no se modifica cada vez que hay un cambio de gobierno. Si una ley es buena, ¿por qué cambiarla? De ello nos damos cuenta de que hay un consenso entre todas las fuerzas políticas en lo que al modelo educativo se refiere.

Una cosa hay que decir sobre la autonomía de la que hablábamos. El sistema educativo finlandés ofrece de forma gratuita e igualitaria la educación para todos. Hay un pleno acceso a la enseñanza sin ningún tipo de coste alguno. Los colegios asumen ese gasto y proporcionan al alumnado el material necesario (libros, ordenadores, etc.) así como el transporte y la comida.



En Finlandia el 95% de las escuelas son públicas y los padres tienen el total derecho de elegir la que más les guste, se encuentre o no cerca de su domicilio. Normalmente, suelen elegir el más próximo ya que cualquiera ofrece el alto nivel marcado por el país.

Enseñar no es solo lo que los alumnos realizan en el colegio, es mucho más que eso. En los hogares de cada alumno aprenden a socializar también. En los colegios finlandeses se imparten menos horas lectivas ya que cuentan con el apoyo de las familias en cada casa.

Existe una relación muy cercana con el profesorado ya que las aulas no se encuentran masificadas (20 alumnos por clase).

Para mi es todo un ejemplo a seguir y en España se tendría que valorar.

Estas son las principales características del sistema educativo finlandés. La semana que viene, las detallaremos con mayor profundidad para poder comprobar que el sistema educativo español es muy diferente.

El sistema educativo que nos toque, ¿nos sitúa en el sitio que nos corresponde?

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